miércoles, 23 de julio de 2014

II

Manchas sobre manchas.
Verde.
Tenues pinceladas doradas.
Más verde.

Nidos de luciérnagas que van despertando
y un fuego dorado
que se esconde.

Un río grisáceo de piedra ondulante
repta debajo de mí.
Me lleva consigo.
No puedo soltarme.

Imágenes pasan casi imperceptibles,
sombras de las voces que aclaman lo vano.

Siento junto a mí un rumor constante
mientras adivino el olor de la sal
pasando estos muros que cruza la luz
pero nunca el aire.

Color intermedio que no tiene nombre.
Tiempo entre momentos, línea entre dos puntos
que quedan muy lejos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario