miércoles, 23 de julio de 2014

XXXIV

Hay pocas palabras y ninguna sonrisa,
pero todas las caras muestran un poco de sueño.

La espera inquieta siempre y sólo existe cuando se tiene conciencia de que se espera.
El presente parece irreal cuando la mente y el cuerpo luchan por separarse y la voluntad se encuentra dividida.

Escucho a alguien carraspear mientras unas voces me llegan de afuera como murmullos...

Estoy sentado junto a la ventana.
El sol de la mañana brilla en un cielo sin ninguna nube.

Alguien corta el pasto (siento su olor llegar hasta mí).

Camino sobre la línea del horizonte. Intento hacer equilibrio, pero me encuentro en una penumbra de la conciencia similar a ese estado intermedio entre el sueño y la vigilia que se puede alcanzar a veces al acostarse o antes de levantarse de la cama.

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