miércoles, 23 de julio de 2014

XL

Demasiadas prisiones con ruedas y asientos ofrecen boletos para la rutina por unas monedas.
Demasiados parásitos grises de hierro y cemento consumen los barrios,
beben de su agua y agotan su vida.
Demasiadas personas todavía creen en el amor a primera vista.

Demasiadas voces nos gritan mentiras entre
demasiadas luces, carteles y ruidos,
demasiada gente, demasiadas marcas,
demasiados sueños de papel de revista.

Demasiada forma, demasiada prisa.
Demasiado ritmo y sentido común.

Necesito menos:
Un poco de sol.
Viento.
Una melodía que no tenga muchas notas para que yo la pueda silbar.
Pasto, un río.
Un árbol viejo.
Ese tiempo muerto de tarde de lluvia que no tiene nada que ver con relojes.
Manos que se extiendan sin ofrecer o pedir dinero, oídos que escuchen sin esperar el momento de hablar.

Hay muchos adornos, demasiada prisa, demasiadas sobras de un mundo barroco.
Poco contenido, demasiado exceso.
Necesito menos.

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