miércoles, 23 de julio de 2014

XXXVII

Una cuadra de oscuridad.
Unos cien metros en los que todavía exista la noche.
Un lugar que no me haga sentir una ave que mantienen alerta para seguir consumiendo.

Debe existir...
Donde no tenga que cuidarme de que algún reflector paranoico despierte al verme pasar.

Quiero estar ahí.

No quiero ver solamente las estrellas que brillan más.
Prefiero ver el negro salpicado de blanco de las noches de verdad.

Quiero volver a notar que mis pupilas se dilatan y que mis ojos se acostumbran a la oscuridad.
Quiero sentir el brillo apacible de la luna llena.

Unas cuantas baldosas que las sombras no pisen cuando el sol se haya ido.
Una cuadra sin luces.
Una cuadra de noche.

Debe existir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario