miércoles, 23 de julio de 2014

XXII

Viento.

Veo moverse las copas de los árboles.
Observo que el sol produce incontables tonalidades de verde en cada hoja de cada árbol y escucho el sonido del aire.
Cada tanto, veo descender la pelusa de los plátanos como una nevada de octubre.

Soy espectador, pero también soy parte de aquello que describo.

Sé que el verde no me pertenece, pero tampoco hago ningún intento de apropiármelo.
Simplemente escucho el murmullo de las hojas (que pareciera que se interesan en mí) y, con la misma naturalidad, contesto con un susurro.

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