miércoles, 23 de julio de 2014

XXXIII

Un reflector profana la oscuridad con su luz prepotente y oculta tres cuartas partes de las estrellas del cielo.En otro tiempo las noches claras eran las de luna llena, pero ahora un agresivo color amarillo intenta forzar la claridad sin interrupciones.

¿Para qué?

Otra vez el hombre decidiendo cómo debe ser el curso de las cosas, buscando seguridad a cualquier costo, declarando que la naturaleza es imperfecta y que él habría hecho una creación mucho mejor y en menos de siete días.Una ciudad hecha de piedra y metal ocupa una tierra que supo ser fértil, donde la vida desbordaba y las estaciones se sucedían con naturalidad. Hoy los hombres corren al ritmo de las máquinas que ellos mismos inventaron para poder someter sus vidas a patrones mensurables. Mientras tanto, elaboran complicados sistemas para simular la realidad que por cobardía están dejando atrás y reemplazarla por una versión acartonada y caricaturesca.La ambigüedad mancha las bocas con palabras absurdas mientras el lenguaje deja de ser una forma de comunicación para volverse el arte de la ironía, donde cada vocablo sólo es un disfraz.

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